Para entender la importancia que tienen las casas gaditanas tienen para el turismo en la ciudad, opciones ideales si buscas un alojamiento en casas típicas de Cádiz, gracias a nuestros alquileres turísticos, tenemos que recordar aquella una antigua copla de Carnaval que decía:

“Me dijeron que Cádiz para el turismo

no tiene nada que pueda interesar,

ni alcázares, ni Alhambra ni algún tipismo

que nos muestre sus huellas de antigüedad […]”

Antiguamente el turismo cultural solo promocionaba algunos hitos arquitectónicos como la Mezquita de Córdoba o la Catedral de Burgos. Por eso Cádiz, a pesar de tener algunos edificios de relevancia, se quedaba al margen de este turismo, tal y como refleja la copla.

Y es que la ciudad no debe su atractivo a ningún edificio singular sino a todo el conjunto urbano. Las casas gaditanas son el elemento más numeroso de este conjunto y son las que conforman sus calles y plazas y lo dotan de su especial singularidad.

Las casas gaditanas y su estilo único.

En Cádiz hay que caminar mirando hacia arriba para no perderse ningún detalle de sus fachadas, o al menos eso me decía un antiguo profesor. Y no le faltaba razón. Por más que pasees por sus calles siempre descubres algo nuevo en sus fachadas ya sea un balcón, un blasón o la placa con el antiguo nombre de la calle.

Las casas gaditanas beben del neoclásico, estilo que arraigó con fuerza en la ciudad, sustituyendo al barroco. En algunos casos se levantaban para ello edificios de nueva planta y en otro se reforman los ya existentes. Esto hace que la ciudad presente un caserío bastante uniforme.

Bien entrado el siglo XIX aparece el ecléctico estilo isabelino y las fachadas se pueblan de, entre otros elementos decorativos, balcones de pecho de paloma, con la rejería abombada en la parte inferior. Pero más característicos y abundantes son los cierros, cerramientos acristalados de algunos balcones que sirven para aprovechar mejor la luz del sol.

Del palacio barroco a la casa de vecinos

Hay tres tipos principales de casas en Cádiz, los palacios, las casas de comerciantes y las casas de vecinos. Los primeros son los menos numerosos y en muchos casos están reformados o reutilizados como casa de vecinos, como la Casa Lasquetty. Pero sus magníficas fachadas y portadas nos dan una idea de cómo debieron ser.

Las casas de vecinos son menos vistosas, tanto que algunas se encuentran en el interior de algunas manzanas y no tienen fachada exterior. Pero no están exentas de encanto, pues la uniformidad de sus fachadas hace que en algunas calles formen armoniosos conjuntos arquitectónicos.

En su interior el patio es el protagonista y alrededor de él se sitúan los partidos, cuartos que servían de vivienda. Los servicios, cocinas y lavaderos, se situaban originariamente en dependencias comunes y eran usados por todos los vecinos.

Las casas de comerciantes

Las casas burguesas son herederas del comercio marítimo que se desarrolló en la ciudad, sobre todo a partir del traslado del Casa de la Contratación a la ciudad, del que cumplimos ahora el Tricentenario.

Están repartidas por todo el centro de la ciudad y se distinguen, entre otras cosas, por las distintas alturas de cada planta, ya que cada una tenía diferente funcionalidad. La baja solía servir de almacén, la entreplanta de oficina para atender el negocio y la planta principal era la vivienda de la familia, dejando las superiores para el servicio.

Las torres miradores

El elemento más característico de estas casas burguesas, y del skyline gaditano, son las torres miradores o torres vigías, que además de ser un elemento de prestigio, servían para controlar desde la casa el tráfico marítimo de la Bahía. La más conocida y la de más altura es la Torre Tavira, pero hay más de un centenar repartidas por toda la ciudad.

¿Has escuchado alguna vez la expresión estar al liquindoi?. Pues bien pudo nacer en  alguna de estas torres. Ya que los marinos y comerciantes mandaban a sus vigías con la voz “Look and do it” para que estuvieran pendientes de vigilar las mercancías o la llegada de algún navío.

Patios, azoteas y casapuertas

El elemento principal de la casa gaditana es el patio. Se sitúa normalmente en el centro del edificio y alrededor de él se organiza todo el espacio. Para acceder a él tendrás que atravesar la casapuerta, que no es otra cosa que el pasillo que une el patio con la calle. Estas han sido históricamente muy frecuentadas por las parejitas gaditanas.

Los patios pueden ser de muchos tipos, pero normalmente son rectilíneos y están presididos por la escalera. Esta da acceso a las galerías superiores que se sitúan alrededor del patio y dan acceso a las distintas dependencias.

Cuando en la casa vivía más de una familia, estas galerías se acristalaban, para dar más privacidad y, a su vez, repartir mejor la luz natural.

Y arriba del todo, las azoteas, una manera más de ganar espacio en una ciudad que tiene poco. Su uso más tradicional era el de lavadero y posterior tendido de ropa. Esto último sigue siendo su principal uso pero cada vez se usan más como solárium o zona de recreo.

Conócelas tú mismo

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