Si ya has leído algún artículo sobre hacer turismo en Cádiz muy probablemente sepas que tiene tres mil años de historia, que fue fundada por los fenicios y que está bañada por la luminosidad del Atlántico. Pero cada viajero es un mundo y buscan cosas diferentes, ¿puede una sola ciudad contentar a todos? A lo mejor sí, al menos puedes vivir todo tipo de experiencias durante tu vaiaje a Cádiz. Veamos algunos ejemplos.

Cádiz, una ciudad para disfrutar de la playa…

Paco y Marta tienen cuarenta y pocos y buscan un lugar tranquilo en la costa que les sirva para desconectar unos días del asfalto y con playas en las que sus niños pueden jugar hasta que caiga la tarde.

Primero piensan en alguna pequeña localidad costera, pero explorando Google Maps les llama la atención una pequeña isla con una amplia línea de playa en la vertiente suroeste. Ampliando la imagen para ver el nombre de la ciudad, descubren que se trata de Cádiz, “vaya, no sabía que la capital tenía playa” –admite Paco. Atraídos por el descubrimiento se deciden por la ciudad, sólo les queda elegir playa.

Los primeros días van a La Victoria, junto a la que han alquilado un apartamento vacacional. Al llegar hallan una amplia franja de playa de arena blanca que parece no tener fin. Se colocan  en un hueco cerca de la orilla que encuentran sin mucho problema, lo cual les sorprende.

Las primeras horas se les pasa volando. Los niños juegan en la orilla y ellos disfrutan del sol y de algún baño de vez en cuando para refrescarse. A mediodía toman algo en uno de los chiringuitos, y vuelven a dónde habían dejado la sombrilla.  Les cuesta trabajo encontrarla pues la marea ha subido y lo que antes era cerca de la orilla, ahora es la orilla misma y su sombrilla se encuentra sitiada por el agua, ante la pasividad de los otros bañistas. Menos mal que habían quitado las toallas.

…incluso cuando termina el día…

Pasado el susto, comprueban como otros usuarios se han mudado a la retaguardia y deciden hacer lo mismo para seguir disfrutando del día. No consiguen sacar a los niños del agua hasta tarde y cuando estaban dispuestos a marcharse ven que el cielo sobre el mar se va tornando rojizo. “¿Nos quedamos a ver la puesta de sol?”– sugiere Marta. Paco aunque cansado acepta y va a por unos helados para convencer también a los niños. Los cuatro se sientan en la arena a disfrutar del espectáculo, que es amenizado con música en directo.

Después de pasar por su apartamento turístico para darse una ducha y cambiarse de ropa, bajan de nuevo a tomar algo a algún bar del Paseo Marítimo, pero descubren que los chiringuitos siguen abiertos y con ambiente, así que de nuevo a la playa.

…y vivir aventuras en familia de Cortadura a La Caleta.

En los días siguientes conocieron la ciudad y probaron las demás playas. Estuvieron en la familiar Santa María del Mar y en la salvaje Cortadura, dónde colaron a los niños en una clase de surf y ellos aprovecharon para dar un paseo por la orilla hasta Torregorda.

El jueves como hacía un poco de levante les recomendaron ir a La Caleta. Los niños congeniaron pronto con otros autóctonos que se los llevaron de excursión a mariscar entre las rocas.

La que mejor se lo pasó fue Marta que había estudiado antropología cultural en la universidad y ahora estaba recibiendo una lección magistral de inmersión en el comportamiento de una cultura nativa de manera gratuita. Se dejó llevar y una señora la invitó a tortilla y a sandía y después jugaron a la lotería. Terminó convencida de que puedes vivir todo tipo de experiencias en Cádiz.

Cádiz, una ciudad para descubrir su historia…

Juan no ha llegado a los treinta y unos amigos lo han invitado a ir con ellos a Cádiz de veraneo. Sus amigos salen hasta tarde, pero él se vuelve pronto a la vivienda turística que han alquilado en el centro de Cádiz. Es estudiante de Historia y prefiere vivir otro tipo de experiencias en Cádiz, como aprovechar la mañana para aprender algo sobre el pasado de la ciudad.

Planifica concienzudamente un estricto programa y visita el completo Museo Provincial, el de Las Cortes y el Yacimiento Gadir, de época fenicia. Más tarde sube a la cámara oscura de la Torre Tavira y visita la Catedral, una de sus torres y la Santa Cueva. Pasa el día de un lado a otro con prisas para cumplir con los horarios de visitas.

Pero en esos paseos le llama la atención las señoriales fachadas de algunas casas, tanto es así que decide salirse del plan previsto. Se adentra en las casapuertas y se asoma a los patios. Busca las calles estrechas del Pópulo y Santa María y entra en alguna iglesia que se encuentra abierta, quedando gratamente sorprendido de los tesoros que encuentra dentro de alguna de ellas.

…y vivir todo tipo de experiencias en Cádiz y sus noches.

Por la tarde se reúne de nuevo con los amigos, toman algo por el centro y  para cenar van de tapas a uno de los bares de la calle Plocia. Necesitan reponer fuerzas pues siendo agosto, probablemente encuentran algo de música en las calles, ya sea un concierto o una chirigota callejera en el Carnaval de Verano, una versión veraniega de los populares Carnavales de Cádiz que puedes disfrutar en febrero. A muy buen seguro terminarán la noche en los bares de El Pópulo.

Cádiz, una ciudad para sorprenderse…

Hans es un jubilado alemán que descubrió la ciudad en un crucero al que le enviaron años atrás sus hijos. Tenía previsto ir a alguna de las excursiones programadas que le habían ofertado en el barco, pero estaba cansado de autobuses y pensó quedarse a bordo durante toda la escala. No obstante, por curiosidad, salió a cubierta y se sorprendió con las vistas de la ciudad y sus edificios sobre los que sobresalía la Catedral. Decidió bajar a dar un paseo el cual le resulto muy agradable, pero corto ya que para la cena tenía que volver al barco.

Así que volvió al año siguiente para descubrir la ciudad. Por la mañana daba paseos por el jardín romántico de la Alameda y disfrutaba de las vistas a la Bahía. Seguía por el Parque Genovés hasta la Caleta y después cruzaba por la Viña y los Callejones hasta el Mercado Central. Le encantaba comprar pescado, más fresco y variado que el de su tierra. Después lo cocinaba en la vivienda turística que había alquilado a través de internet. “Esto no podría haberlo hecho cuando vine en el barco” -pensó.

…y disfrutar de su gastronomía.

Con los días fue descubriendo otras delicatesen muy gaditanas: las tortillitas de camarones, el cazón en adobo, los chicharrones de Chiclana o los churros de La Guapa, y por supuesto, la caballa con piriñaca, de la que daba cuenta algunas noches en una terraza de la calle de la Palma. Se integró tanto en la ciudad que hasta dejó de ponerse calcetines con las sandalias. ¡Cómo lo iba  echar de menos en Friburgo!

Cómo veis a Cádiz se le puede sacar mucho partido y da igual lo que vengas buscando, que a muy buen seguro lo encuentras. Playas, historia, cultura, arte, gastronomía, música, un agradable paseo y un largo etcétera y todo salpimentado por la idiosincrasia gaditana, que seguramente te atrapa. Paco, Marta, Juan y Hans buscaban vivir distintas experiencias en Cádiz, y todos lo consiguieron gracias a la ayuda de Alquiler Vacacional Cádiz, una agencia especializada en encontrarte alojamientos ideales para visitar la ciudad como un vecino más, disfrutando de todas estas actividades que aquí te recomendamos. ¿Quieres ser el próximo? No dudes en visitar nuestra sección de alojamientos turísticos y así podrás encontrar todo tipo de alojamientos y en diferentes ubicaciones. Te recomendamos los apartamentos en Cádiz que podrás alquilar por días para tus vacaciones en la ciudad.